18 de octubre de 2015

La tierra de los abetos puntiagudos, de Sarah Orne Jewett



Título original: The Country of the Pointed Firs
Traductor: Raquel G. Rojas
Género: Narrativa
Páginas: 168
Publicado en 1896
Ambientado en Maine, Estados Unidos


Sinopsis (De la editorial)

El verano acaba de empezar y a la localidad costera de Dunnet Landing llega una escritora en busca de un lugar tranquilo donde refugiarse del ajetreo de la ciudad y poner punto final a su libro. Allí alquila una habitación en casa de la señora Todd, una experta botánica que vende remedios caseros preparados con las plantas de su jardín y con la que entablará una profunda amistad. Ella será la encargada de introducirla en la vida social de una comunidad que parece discurrir aislada bajo la imponente presencia de los abetos a los que alude el título.


Fragmento (Así comienza la novela)

Había algo en el pueblo costero de Dunnet que lo hacia más atractivo que otras aldeas marítimas del este de Maine. Quizás era el simple hecho de la familiaridad con aquel lugar lo que lo hacía tan cautivador y otorgaba tanto interés a su litoral rocoso, a sus umbríos bosques y a las pocas casas que parecían firmemente encajadas, como clavadas por los propios arboles, entre las cornisas montañosas que había junto al puerto. Estas casas sacaban el máximo partido de sus vistas al mar, y sus pequeños jardines se llenaban con la alegría de una resuelta profusión de flores. Las altas y estrechas ventanas paneladas en lo alto de los escarpados gabletes parecían observar con ojos sagaces la bahía, y más allá el horizonte, o recorre la costa en dirección norte, con su fondo de píceas y abetos balsámicos. 


Mi opinión

En lo que a literatura se refiere, si por algo es conocido el estado de Maine es porque Sthephen King es su habitante más ilustre. El maestro del terror vive en una pequeña ciudad de este estado (en Bangor) y buena parte de su extensa obra literaria está ambientada en Maine. 

Pero Sthephen King no es el único gran escritor que ha dado este pequeño estado estadounidense, como acabo de comprobar después de haber leído, con deleite y admiración, esta pequeña gran joya que es La tierra de los abetos puntiagudos

Sarah Orne Jewett nació en 1849 en South Berwick, Maine, Estados Unidos. Exactamente 102 años antes que King y durante sus 59 años de vida, se puede decir que su literatura giró en torno a las gentes, las costumbres y la singularidad e idiosincrasia de los habitantes de Nueva Inglaterra, y más concretamente del estado de Maine. Así pues fue una escritora regionalista que supo retratar como nadie la tierra que tanto amaba, la tierra que la vio nacer y que sería determinante para forjar su carácter y su forma de ser.

En La tierra de los abetos puntiagudos, la autora nos sumerge en un microcosmos lleno de contrastes, con un lenguaje narrativo casi poético, donde enlaza descripciones brutalmente bellas del paisaje de un pequeño pueblo costero, con las voces y costumbres de sus habitantes. Utiliza una prosa delicada con apenas artificios, y consigue hipnotizar al lector desde las primeras páginas, sumiéndolo en un trance literario que roza la exquisitez. Y todo esto se produce, bajo la atenta mirada de los arboles más famosos del estado de Maine, los abetos a los que hace referencia el título.
Como curiosidad os cuento que busqué un poco de información en la red sobre Maine, y resulta que a este estado se le conoce como El Estado del árbol de pino.

Si por el motivo que sea cae un ejemplar en tus manos, o te acercas a una librería y te compras uno, lo vas a disfrutar cantidad. Es un libro que soporta más de una lectura. Puedes hacer la prueba de abrir una página al azar y comenzar a leer, lo más seguro es que te quedes prendado de la pluma de Sarah Orne Jewett, que sin ir más lejos es lo que me ha sucedido a mi. 


Nota 9 sobre 10




12 comentarios :

  1. Me lo llevo, me has convencido, creo que desde la primera frase de "llega una escritora" :-)))
    Por cierto, ¿sabes quién sitúa en Maine muchas de las historias más oscuras de su saga "Charlie Parker"? John Connolly. Empiezo a pensar que los bosques de Maine son irremediablemente misteriosos.

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    1. Hola Mónica.

      Te puedes creer que ,a mi que me gusta la novela negra, todavía no he conocido a Charlie Parker. Y mira que sé de gente que ha leído las novelas protagonizadas por él. Tendré que ponerle remedio pronto.
      Gracias por el comentario y por la info. Saludos.

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  2. Todo lo que cuentas me atrae, así que me lo apunto. Por cierto, el diseño de la portada es fabuloso, todo un acierto.
    Saludos

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    1. Hola Gerardo.

      La verdad es que los chicos de Dos Bigotes y la traductora han hecho un trabajo excelente. Gracias por el comentario. Saludos.

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  3. No tiene mala pinta, anotado queda.

    Saludos

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    1. Hola Neftis.

      Muchas gracias por asomarte por aquí. Saludos.

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  4. Suena muy interesante, el ambiente de esa zona ha llamado siempre la atención desde Stephen King, hasta JB Fletcher "vivió" allí. La amistad entre la escritora y la botánica dará para una buena trama seguro.

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    1. Hola Adol.

      ¡Eh! No sabes el tiempo que hace que no oía/leía el nombre de Jessica Fletcher. Seguro que hay un montón de peña (los más jovenes) que no saben ni quien es. Gracias por el comentario. Abrazos.

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  5. se ve tentador, pero de momento paso ya tengo demasiados pendientes. Saludos.

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  6. Jajajaj me ha pasado lo mismo que a Mónica-Serendipia, me he quedado prendada desde la primera frase de la llegada de la escritora. Me gustan mucho este tipo de historias con un puntito costumbrista....no tiene nada que ver,pero de repente me he acordado de una serie de televisión que se emitió hace años y que se llamaba Doctor en Alaska. Me apunto este libro. Gracias por tu estupenda reseña. Un saludo

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